POR DANIEL DEU

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CULTURA ARGENTINA (Parte VIII) - “Bajo el reinado de Momo”

Los carnavales eran una tradición que venía de los tiempos de la colonia, cuando llegaron a prohibirse por el descontrol de los “combates” de baldazos y bombitas de agua (no siempre limpias).  Pero, con la inmigración europea masiva y la modernización del país, se incorporaron nuevas formas de celebrarlo: las mascaritas y comparsas de disfraces, los bailes elegantes en la alta sociedad y los corsos para toda la población.

 

Los pomos de carnaval

Con el nuevo siglo, los Carnavales iban adquiriendo cada vez más brillo.  Las antiguas cáscaras de huevo cargadas con agua fueron reemplazadas por los pomos de carnaval inventados por el farmacéutico Guillermo Cranwell, que en 1870 había instalado una fábrica en Humberto I y Paseo Colón.

Los juegos de agua eran la gran atracción del Carnaval, a pesar de estar prohibidos por la policía.  No había nada más divertido que tirarles bombitas de agua (ahora hechas de látex) a los transeúntes.  En esos juegos participaban hombres y mujeres y se realizaban dentro de los patios, en los zaguanes, fuera de las casas, en las calles y desde los balcones.

 

Bailes y corsos

El hábito del baile de disfraces fue adoptado por las elites argentinas como forma de festejar el Carnaval.  Eso no quitaba que, antes de concurrir al festejo exclusivo, buena parte de los invitados pasease en coche por los corsos, de los que participaba toda la población.

En la Argentina, los corsos se realizaron por primera vez en 1869.  Los primeros fueron los de las calles Rivadavia, Victoria (actual Hipólito Yrigoyen) y la elegantísima Florida.

Las comparsas se concentraban para comenzar el desfile en Plaza Lorea.  De allí partían los Negros Porteños, los Habitantes de la Luna, las Hormiguitas y los Hijos de Lucifer, comparsas de disfrazados que mezclaban las tradiciones carnavalescas afroamericanas de tiempos coloniales con las traídas de Nápoles, Génova y el sur de España.  Del centro, el corso se mudó a los barrios de Flores, Belgrano y La Boca, y en 1904 se instaló el corso de Gala Central en la Avenida de Mayo.

Allí desfilaron Los Turcos de Barracas, entonces la comparsa más grande de la ciudad, que contaba con dos bandas de músicos, una orquesta, 300 guerreros turcos y una carroza tirada por 12 caballos blancos en la que viajaban el sultán y su consorte.

 

La murga rioplatense, tomada de los orfeones del puerto andaluz de Cádiz, era al inicio un corso numeroso que interpretaba canciones satíricas y picarescas.  Mientras que en el Uruguay esta tradición se conserva, en la Argentina estos conjuntos terminaron fusionándose con las comparsas, dando así las dos vertientes murgueras que hoy conocemos en una y otra banda del Plata.

 

Fuente: Clarín, “Billetes y estampillas de los 200 años: muchas monedas y ninguna.  Revista 8, Arte Gráfico Editorial Argentino, 2010.-

ACTIVIDAD PARA PENSAR

Escribir sobre la Argentina hace que se refresque mi memoria y vuelvan hermosos recuerdos.  Te invito a que puedas tú también activar tu memoria semántica y desarrollar tu pensamiento creativo.

Con las letras que se encuentran fuera del cuadro principal, debes completar las seis palabras en forma horizontal que se hallan en el primer cuadro.  Aclaración: todas están en singular

(La solución la puedes enviar a direccionnmo@gmail.com)

 

-Fuente: Néstor Braidot “Sacale partido a tu cerebro”.  Ediciones Granica, 2012.-

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